
Permanezco al sol, mirando un barco que navega en el horizonte, sin rumbo. Lo comparo con mi corazón...y me doy cuenta de que él tiene un destino, un puerto. Yo no. Entonces vienes por detrás y me susurras al oído un simple ''te quiero'' y yo ya he ganado. He llegado a mi puerto, tu corazón, antes que ese barco, que ahora sí que va sin rumbo...